Los que dieron honra y prez a la patria, aun después de muertos hubieron de sufrir los ataques injustos de sus imitadores y plagiarios.
Sin contemplaciones es preciso proceder contra estos malandrines.
De Cervantes, como de Quevedo, de Shakespeare y de Cam es, solo se puede escribir en son de elogio, ¿hacia quiénes tenderemos nuestras miradas? Esta obra de por fuerza ha de ser de reverencia para con los unos y de irreverencia para con los otros.
Procederemos contra la obra literaria, no contra las personas, merecedoras -casi siempre- de todo nuestro respeto.
Burla burlando se pueden decir las verdades, la amenidad no excluye la doctrina.
Dios te guarde, amable lector, de muchos comentarios y críticas.
Y si fueras autor famoso, te recomiendo, sobre todo, que conjures tus obras, no caigan en manos de Cejador, Villaespesa, Martínez Sierra, Casares o Rodríguez Marín.
Luis Astrana Marín
100% Pago seguro |
3 a 5 días