Isaac Molina es un hombre de treinta y nueve años, guarda de seguridad de profesión y detective a ratos por distracción, que vive una anodina vida bastante autodestructiva y centrada básicamente en ir tirando para adelante con los recursos mínimos necesarios para subsistir.
Cierta mañana, de buenas a primeras, aparece un hombre adinerado en su pequeña y humilde oficina de barrio, ofreciéndole la oportunidad de trabajar para un personaje rico de la provincia de Cádiz. Se trata de un misterioso caso cuyo contenido no le es posible desvelar hasta que, aceptando unas premisas básicas, Isaac viaje desde Madrid y se presente en la casa del personaje anónimo que requiere sus servicios.
De esta manera se ve inmerso en el mayor caso de su vida, trabajando para una rica y espectacular heredara de un holding empresarial gaditano. Alguien que cuando su padre fallece, se entera de que ha dejado en herencia la mitad de su capital a un hijo ilegítimo desaparecido.
Durante una semana de trabajo indagatorio Isaac sufre en sus propias carnes multitud de contratiempos y desengaños que poco a poco van dando forma a una sorprendente trama en la que se ven envueltos tanto el protagonista, como cada uno de los personajes que lo acompañan durante la historia.